domingo, 12 de noviembre de 2017

un café en la glorieta

En el otro extremo están los cafés en cadena. Camareras tratan de ser simpáticas a pesar del estrés y de su ridículo sueldo. Las abuelas acercan sus bandejas a las mesas con las manos temblorosas. Entonces llega un encargado malhumorado y las camareras se indignan. Están a punto de lanzar las pastas al aire. Pero esto nadie lo dibujará.

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